Fundación
Caja Rural de Granada y el Festival Internacional de Tango de Granada traen al
auditorio de Caja Rural, el próximo 19 de febrero a las 21 horas, un
espectáculo protagonizado por PROYECTO TAMGÚ, agrupación musical que reúne a músicos
de diferentes orígenes y trayectorias unidos por el Tango como vehículo común
de expresión artística. Su compromiso con la Música y la preocupación por la
Estética son el punto de partida para el desarrollo de una actuación completa,
dotada de color, movimiento, pasión y coraje.
Proyecto
Tamgú presenta un amplio y selecto repertorio que recorre la evolución de este
popular género nacido a finales del XIX, desde sus inicios hasta sus últimas
manifestaciones: Tango, Milonga y Vals.
Juan
Ramón Veredas al piano, Juan Baca al contrabajo, Mariano González en el bandoneón
y Lorenzo Triviño con el violín interpretan
la parte instrumental del espectáculo que se completa con la voz de Gabriela
Loria y las coreografías de Juan Arias y Esther Medina.
La
entrada será libre mediante invitación que podrá retirarse, previa reserva, en
las oficinas de Caja Rural de Granada, en recepción de Servicios Centrales o en
el propio auditorio, antes del concierto.
Por
segundo año consecutivo, Fundación Caja Rural de Granada patrocina una de las
propuestas del Festival Internacional de Tango de Granada en la antesala de su
programación oficial, que se celebrará del 10 al 15 de marzo.
La afición por el Tango, declarado por la UNESCO en 2009
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se ha multiplicado en los
últimos años en Granada, gracias en buena parte al trabajo realizado desde este
Festival, el más antiguo de Europa en su género, que en 2016 celebra su 28
edición.
Proyecto
Tamgú inició su andadura en 2011, como parte integrante del espectáculo Broken
Tango 2.0 (Cía. REAdanza). Hoy es una realidad autónoma que se ha convertido en
referencia del panorama artístico y musical actual y, según la crítica, que ha
sabido dotar al lenguaje de una entidad y autenticidad incuestionables.
Integrado
por músicos de amplia y diversa formación, apuesta –aún manteniendo la figura
del cuarteto- por un nuevo concepto de sexteto instrumental derivado de la
formación ‘típica’ convencional, sustituyendo un segundo bandoneón por el
singular colorido de la guitarra eléctrica. Simboliza, en definitiva, la
decisiva disolución de esa tradicional dialéctica entre los viejos aromas y las
nuevas poéticas, casi irreconciliables hasta hace bien poco.