La XII edición del Premio Ciencias de la Salud de la Fundación Caja Rural de Granada y la Fundación Parque Tecnológico Ciencias de la Salud ha recaído en una de las mayores eminencias médicas que ha dado España a la ciencia internacional, el doctor Valentín Fuster. Es en la actualidad Director del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai School of Medicine, Director del Mount Sinai Heart, del Zena and Michael A. Wiener Cardiovascular Institute y de Marie-Josée and Henry R. Kravis Center for Cardiovascular Health, todos en Nueva York. En 2006 se incorporó al Centro Nacional de Investitaciones Cardiovasculares, donde es Director General del Centro.
En esta entrevista, el doctor Fuster explica los cauces que la investigación sobre patologías cardiovasculares está siguiendo en la actualidad, y da recomendaciones muy a tener en cuenta para la salud personal.
En esta entrevista, el doctor Fuster explica los cauces que la investigación sobre patologías cardiovasculares está siguiendo en la actualidad, y da recomendaciones muy a tener en cuenta para la salud personal.
Ahora recibe el Premio Ciencias de la Salud, pero en anteriores momentos ha recogido el Príncipe de Asturias, y es Doctor Honoris Causa por docenas de universidades. ¿Cómo le sientan estos reconocimientos?
Los premios reconocen el trabajo de investigación de muchos años en la que llevo embarcado con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes y de la sociedad en general, sobre todo en la prevención de la enfermedad cardiovascular. En esta ocasión, la Fundación Caja Rural de Granada premia nuestro trabajo sobre la ‘Progresión de la Aterosclerosis Subclínica Precoz’- PESA (siglas en inglés de Progresión de la Aterosclerosis Subclínica Precoz), una investigación que utiliza la tecnología más moderna de diagnóstico vascular por imagen para intentar resolver algunas de las incógnitas que persisten sobre la patología cardiovascular, como cuándo y cómo empieza y qué ha de suceder para que se manifieste clínicamente. El proyecto, que se inició en 2010, incluye a 4.184 individuos y tiene como objetivo principal estudiar la presencia y progresión de la aterosclerosis precoz mediante tecnología de imagen no invasiva.
Como experto conocedor de patologías cardiovasculares y su incidencia en distintas sociedades occidentales, ¿ve muchas diferencias entre los hábitos de vida saludables que se practican entre, por ejemplo, Estados Unidos y Europa? ¿O cada vez nos parecemos más en nuestras costumbres?
A pesar de los avances experimentados por la medicina en los últimos años, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, pasando de afectar solo a las naciones más ricas a incluir también a los países en vías de desarrollo, donde es responsable del 80% de los fallecimientos. Y es en estos países donde están alcanzando proporciones épicas. La enfermedad cardiovascular se ha globalizado, lo que es sin duda una mala noticia. Y España es un clara ejemplo de ello, sobre todo y lo más preocupante en la población infantil. Esa es una de las razones por las que ahora trabajamos en la prevención de la obesidad infantil con el fin de sensibilizar a los niños y debido a que a esta edad es cuando tú modelas las conductas que tendrás de adulto. Nuestra misión es entrar en el niño y evitar que llegue a la obesidad. Para ello, no hay mejor edad que de los tres a los cinco años.“La patología cardiovascular es más común y mata más que el cáncer”
¿Considera que hoy por hoy somos más conscientes de los riesgos de padecer de enfermedades cardiovasculares? ¿Qué estereotipos equivocados seguimos teniendo en nuestra conciencia colectiva? Como por ejemplo, que los hombres son más propensos a sufrir un infarto que las mujeres o que un sobresalto puede causar un infarto.
Precisamente, uno de los ámbitos en el que estamos trabajando intensamente desde el CNIC es en la mujer. Tenemos en marcha la campaña “Mujeres por el corazón”, un proyecto que nace con el fin de informar a la mujer sobre a la importancia de cuidar la salud cardiovascular y contribuir a prevenir las enfermedades que afectan al corazón. Se trata de una iniciativa con la que se pretende concienciar a la población femenina sobre la importancia del reconocimiento precoz de los síntomas y la necesidad de mantener un estilo de vida saludable que ayude a reducir el impacto de esta enfermedad en la mujer ya que, actualmente, es la primera causa de mortalidad entre las mujeres en España. La patología cardiovascular es más común y mata más que el cáncer. Además, estamos empezando a demostrar que el proceso vascular afecta a la función cognitiva del anciano. Este es un aspecto que no estamos teniendo en cuenta y es algo que solo puede cambiar con educación a la población.
Si pudiéramos resumir mucho los consejos generales para llevar una vida sana que prevenga enfermedades cardiovasculares, ¿cuáles serían los puntos fundamentales?
Cuidar de nuestra salud es una cuestión de responsabilidad individual y de un cambio general de actitud y de estilos de vida. Y hay que insistir en un mensaje fundamental: Nunca es tarde para cuidarse. La ciencia ha demostrado que la mejor edad para la promoción de la salud es entre los 3 y los 6 años. Esto ha hecho que pongamos en marcha iniciativas como el Programa SÍ! y otras similares que han llegado incluso a EEUU. A través de charlas contamos no solo lo que se debe o no se debe hacer, sino que somos conscientes de que el niño tiene que entender por qué. Y entonces lo asume. Una primera parte está destinada a explicar al niño cómo funcionamos y así comprende perfectamente cómo funciona nuestro cuerpo; y por tanto, por qué es importante el ejercicio físico y una nutrición correcta. Y además es útil no solo para el niño, sino para su familia, porque el niño puede influir muchísimo en el comportamiento de sus padres. Estamos haciéndolo y con muy buenos resultados en niños de entre 3 y 6 años que es cuando realmente podemos influir en los hábitos y podemos crear ambiente saludable. Además, la prevención de la enfermedad cardiovascular, y las de muchas otras, tiene mucho que ver con el concepto de educación en salud, tanto a edades muy tempranas, a partir de los 3 años, que es cuando realmente podemos influir en los hábitos y podemos crear ambiente saludable, pero sin olvidarnos de los adultos. Y es posible que este fracaso en las políticas de prevención esté de alguna manera relacionado con el hecho de que no nos creemos vulnerables, porque nos resulta más sencillo no pensar en lo peor. Y sin embargo es inevitable. No tenemos sentido de posible enfermedad y optamos por engañarnos a nosotros mismos; no se escucha a nadie. Y lo hemos constatado en todas las edades.
Como referente en investigación, ¿qué entidades cree que jugarán un papel importante en el desarrollo de nuevas investigaciones en el futuro? ¿Universidades, Fundaciones, centros privados, parques tecnológicos?
Aunque siempre ha tenido una categoría muy buena, la investigación española ha incrementado significativamente su nivel en los últimos años. La creación de centros monográficos, como el CNIC, ha sido capital para esta progresión. En nuestro caso el enfoque traslacional nos ha permitido no sólo generar publicaciones de primerísimo nivel en investigación básica, sino que ésta se ha posicionado como pionera en el campo cardiovascular. Como ejemplo, el pasado año la Secretaría de Estado de I+D+i nos renovó su acreditación “Centro de Excelencia Severo Ochoa”. Además lideramos varios ensayos clínicos en colaboración con hospitales españoles e internacionales que tendrán un impacto en la mejora de la salud cardiovascular. Evidentemente que para investigar es necesario tener recursos, pero también puedo decir que el dinero y los recursos no lo son todo en ciencia. El CNIC no ha tenido una situación muy diferente a la de otros centros en cuanto a los recortes económicos, pero contamos con personas muy sacrificadas, que tiene asimilado que trabaja para una institución, no para ellos mismos. No puedo negar que para nosotros también ha sido un momento difícil. Hemos recortado, pero nada de esto ha afectado a lo que era prioritario. Desde que se creara la Fundación Pro CNIC para canalizar la aportación privada al CNIC, 14 de las mayores empresas españolas continúan año a año financiando nuestros proyectos más innovadores. Las empresas demuestran con esta aportación no sólo una decidida apuesta por la I+D+i, sino también un sólido compromiso con una cuestión de gran interés social: la salud y calidad de vida del conjunto de los ciudadanos. Con esta financiación adicional, el CNIC puede invertir en áreas fundamentales a las que la financiación pública no llega, por ejemplo, programas especiales para el descubrimiento y formación de jóvenes investigadores, becas externas dirigidas para integrar la investigación básica y clínica para responder a cuestiones específicas, adquisición de equipos especiales de investigación, etc.