Fundación ha financiado la restauración de dos importantes esculturas del complejo catedralicio granadino, que se encontraban en un lamentable estado. Con este motivo, ha organizado un concierto a cargo del Orfeón de Granada, que tendrá lugar el próximo lunes, 26 de diciembre, a las 19:50 horas en El Sagrario de la Catedral. Será completamente gratuito para el público e incluye obras de Haendel, Mozart, Fauré, Britten y Bruckner, entre otros autores, además de dos villancicos sobre textos de San Alfonso Liguori que han sido armonizados por el director del Orfeón, Francisco Ruiz Montes. Alejandro Algarra será el pianista acompañante de este recital, a cargo de una de las formaciones líricas más interesantes de nuestra provincia. El Orfeón de Granada nació hace tres años con el objetivo de hacerse un hueco en el ya de por sí rico mundo coral de Granada. Lo componen 80 voces de todas las edades, especialmente escogidas de distintos coros de la provincia, por lo que la calidad y riqueza del conjunto es excelente. En su corta trayectoria ya han interpretado obras de la dificultad del Carmina Burana o el Requiem y la Misa de Coronación de Mozart. Entre sus próximos conciertos destaca el que ofrecerán el día 20 de mayo, dedicado a ópera y zarzuela que contará con la intervención de lujo de la conocida soprano granadina Mariola Cantarero. La restauración Por otra parte, también queríamos destacar que Fundación Caja Rural ha financiado la restauración de dos niños Jesús de Pasión pertenecientes a la Muy Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental del Dulcismo Nombre de Jesús de la Iglesia del Sagrario de la Catedral de Granada. | El trabajo ha sido llevado a cabo por la empresa SIGLOS CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN S.L. compuesta por Lourdes Blanca López y Lola Blanca López. Las dos esculturas tienen una importante valía artística. Una de ellas está datada en el siglo XVII y pertenece, muy posiblemente, al taller de Mora, y la segunda -no por eso menos importante- es de finales del XVIII o principios del s. XIX. El niño Jesús del s. XVII se encontraba repolicromado en su totalidad incluida la peana, con la consecuente pérdida de identidad de la autoría e incluso su anatomía, por lo que se procedió a la eliminación del repolicromado de forma minuciosa mediante procedimientos mecánicos a punta de bisturí. Los demás procesos fueron los mismos para ambas esculturas: una fijación de la policromía original, colocación de dedos desprendidos, limpieza y reintegración de la capa de preparación y de policromía. |